Todos los Jueves, con material renovado.

CINETICO dejará de salir por un tiempo...

... que depende del tiempo que me demandará recuperarme de la operación. Por favor, disculpen las molestias.



Goles de Messi, Porno, Comunismo, motores de Ford, estafa piramidal, Clarín miente, Rajoy en España, tsumamis y maremotos, la vida secreta del Papa, las relaciones con mi novia, Magic Johnson, Lady Gaga, Google +, Adobe CS5, ley SOPA y PIPA, tentaciones, Moscato y pizza, tendinitis, tengo sueño, poesía suburbana, morbo, Los Juegos Del Hambre (The Hunger Games), Chespirito, www.amazon.com, Ciccone, Adele son algunos de los temas que no encontrarán acá
Mostrando entradas con la etiqueta Estreno argentino 2009. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estreno argentino 2009. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de abril de 2010

Critica a film argentino: Boogie, el aceitoso, de Gustavo Cova

Boogie, el aceitoso (2009) fue una historieta argentina de los años setenta que, según su creador Roberto Fontanarrosa, parodiaba a la película Harry, el sucio (Dirty Harry, 1971), con Clint Eastwood.

Esta tira, que pasó los límites del país, mostraba las aventuras de un mercenario que fue soldado en Vietnam. Consigo estas historias traían chistes de tono negro referidos al egoísmo, al machismo, a la violencia y al racismo de su personaje apoyado en su frialdad natural. La película de esta creación argentina sirve para mostrar un argumento que da pie a eso: un mafioso que contrata a otro asesino a sueldo para que mate a una testigo. Boogie la protege y va en busca de recuperar el puesto número uno del listado del los mejores mercenarios que cree haber perdido.

Pensada para cines comunes y desarrollada, luego, también para salas 3D, Boogie… apunta al público adolescente como adulto claramente por su humor y violencia. Pero a los pocos minutos, el film empieza a divagar cuando repite la misma estructura de chistes, descartando, así, sorpresas de gracia alguna y motivando cierto aburrimiento. Si uno ve el tráiler, se reirá, pero si ve los ochenta minutos de historia, le costará digerirla, se alejará de la atención que merecía tener. Todo por ser, demasiado fiel a una historieta que leerla demanda muchos menos tiempo.

Las voces de Pablo Echarri y Nancy Duplaá pueden molestar, chocar, al principio porque uno la relaciona con trabajos anteriores de estos actores, como El desvío (1998) y Apasionados (2002), y por la forma de hablar en castellano neutro, pero deja de ser una preocupación con el paso de las escenas.

jueves, 1 de abril de 2010

Critica a film argentino: La Tigra, Chaco, de Federico Godfrid y Juan Sasaían

A veces pienso que algunas de esas películas que pertenecen al llamado cine independiente argentino, esas que son realizadas por directores noveles que consiguen una cámara y ciertas facilidades para (por fin) filmar una historia, son hechas muy a las apuradas. Lamentablemente, La Tigra Chaco (2009) es un ejemplo de esto, por cambiar entusiasmo por dedicación por escribir un buen guion o en plantearse qué es lo que se va a improvisar y cómo.

Esta clase de films o producciones son exponente negativo, una contra que puede ser evitada oportunamente, de lo que Pino Solanas, director histórico y respetado, llama “la democratización del cine” por la facilidad que entrega los recursos tecnológicos hoy en día, en el sentido que uno puede filmar con una cámara digital y editarlo en su casa en lugar de esperar a conseguir mínimamente, y con mucha suerte, una cámara de cine de 16 milímetros, tener algún conocido que preste su moviola para editar o su cuerpo para actuar, conseguir de algún lado fondos para pasar el material a 35 mm y, con suerte y algo de energía, estrenar en alguna sala.

Digo esto porque La Tigra… quiere contar una historia de un joven (la edad del protagonista parece ser una condición para este movimiento) que regresa al pueblo donde vive su padre tras muchos años. Al no encontrarlo (¿Qué raro que en tiempos de comunicación de celulares e internet no lo haya llamado antes? Tampoco se explica el por qué aparece, aunque se sugiere que no es por algo importante), opta por parar en lo de una tía (se va nota que la característica de esta amable anciana, la de inmigrante checoslovaco, es un aprovechamiento de algo que ya es de la actriz amateur y no un querer de la dupla guionista de entablar rasgos a los personajes o de aprovechar de estos, cosas recomendadas en libros de guión).

Los minutos avanzan, se ve que visita a una chica de su edad, amiga de años, y que luego ella cobra su protagonismo, pero no se dedica a contar algo más, como destacar mediante alguna vía, las diferencias del pueblo de ahora con respecto a antes, que no se por qué no lo veo en películas de temática “alguien vuelve al año luego de años” y que puede ser detonadores a conflictos que mejorarían la historia principal.

¿Pero por qué esta ahí el protagonista? ¿Qué le pasa estando en ese pueblo? Simplemente, entra en conflicto, mal armado dicho sea de paso como obvio, con el novio de la joven en cuestión y otras cosas, como que manda a arreglar una silla, que no contribuye en mejorar pero si en rellenar espacio para que pueda convertirse en un largometraje.

El film se convierte en, metafóricamente hablando, en sentarse a la vereda de un pueblo y ver autos, los pocos autos, pasar a la espera de una accidente, algo prácticamente difícil que ocurra porque el trafico es casi nulo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Critica a film argentino: El último aplauso, de Germán Kral

Sigue la idea, post devaluación económica del 2002, de hacer películas con la temática del tango. El último aplauso (2009) es atípica y a medida que avanza el metraje se comprueba la diferencia.

Empieza por mostrar al Bar “El Chino”, aquel mítico lugar de tango del barrio porteño de Pompeya, durante una noche donde interpretes del “dos por cuatro”, como se le dice a ese ritmo musical, hacen su melodía para el disfrute de los comensales del lugar. Ocurre durante el año 2001 mientras “El Chino”, su dueño, está internado viviendo sus últimos días de vida.

Entre acto músical para presentar a los personajes, el documental muestra su primera idea, premeditada, de mostrar las habitaciones de los artistas, una muy buena forma de conocerlos íntimamente.

Durante ese rato se ve problemas de sonido, que obedecen a bajo presupuesto, y de mala imagen, producto de la cámara con la que se filmó, pero en un momento determinado, esta obra de Germán Kral, cambia. Del 2001 nos lleva al 2006, muchas cosas han pasado, como que la fonda no esté abierta al público, como otra vida por parte de estos protagonistas y empieza otra trama.

Podría decirse que esta es artificial, preparada para la película, donde los cantores se reúnen, ahora, con una orquesta de tango interpretada por jóvenes músicos, la Imperial, pero, sin embargo, Kral no se preocupa por mostrar las diferencias entre estas dos generaciones, dejándolo con énfasis para una escena, sino que los hace conocer para tocar y ensayar a fin de un recital más importante.

También en esta segunda parte se nota el mejor sonido y tipo de filmación provistos de un mayor dinero invertido.

Pero nada de eso importa, lo que importa es cómo de un material pensado con tal fin, se modifica, paso del tiempo mediante a otra idea, una que invita a conocer a ignotos músicos con otras versiones de famosas tonadas.

Una realización que no tiene desperdicio y que es recomendada sobre todo para tangueros y estudiantes de cine.

jueves, 11 de marzo de 2010

Critica a film argentino: Nosotras que todavía estamos vivas, de Daniele Cini

Documentando un juicio que ocurrió en Roma entre Octubre 2006 y Marzo 2007, el italiano Daniele Cini repasa los desgraciados sucesos a causa de la dictadura militar impuesta en Argentina durante 1976 y 1983 que determinaron en delitos de lesa humanidad.

Este proceso legal no solo nos muestra la naturaleza del mismo, de juzgar a quienes asesinaron a ciudadanos italianos en el sudamericano país, sino de repasar esos años infames, de hablar de la creación de Abuelas de Plaza de Mayo, de Madres de Plaza de Mayo y de otras organizaciones que buscan hacer justicia como memoria.

Pero no se permite este largometraje a ser uno más del montón. Quizás porque el director sea extranjero, nos da otra visión, otra forma de narrar y tratar el tema. Que se use muy buenas escenas dramatizadas, muy buena dirección de cámara como de fotografía, o imágenes de archivo no muy vistas (como esa de larga duración en donde obispo bendice a los nuevos egresados de la Escuela de la Marina Naval y que a mí me produjo miedo)

Nosotras que todavía estamos vivas (2009) es un nuevo exponente de esa temática, la referida a los sucesos de la dictadura, que mejora, o revoluciona si se quiere, al subgénero de documental.

Parafraseando a muchos críticos, “una bocanada de aire fresco”. Lastima que se tuvo que pasar por un hecho doloroso para ver algo así.


Enlace para ver el trailer:


Critica a film argentino: Puentes, de Julián Guilinanelli

Puentes (2009), la opera prima de Julian Guilianelli, habla de ser amigos a los doce años recurriendo al género dramático.

Se trata de unos chicos que viven en una ciudad distante a la ciudad capital, amigos muy inseparables que se sientan juntos en el aula de la escuela o juegan al futbol en un baldío.

Uno de los problemas del guión es que el conflicto aparece muy tardíamente y sin contarnos algo que nos haga amena la espera: uno de ellos le roba el arma al padre de otro lo que desatara un suceso desafortunado y que cambiará sus vidas para siempre. Pero es que el guión delata sus falencias, sus pobres diálogos, el armado de sus escenas y su falta de ritmo (ahí la culpa es de montaje como de la dirección).

Puentes podría compararse con la norteamericana Mi primer beso (My girl, 1991) por querer contar un hecho trágico que hace crecer de golpe a esos jóvenes de pocos años.

Uno lamentablemente se aburre y empieza a encontrar otros problemas, como la ingenuidad en el vestuario, quien jugo al futbol alguna vez sabe que es incomodo jugar con campera desprendida haga o no frío.

Es corta la película, unos setenta y siete minutos, quizás merecía ser un corto por lo que se quiere contar y realmente resulta ser una pena sin nada interesantemente a favor para señalar, aunque intente encontrarlo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Crítica a un film argentino: Fantasma de Buenos Aires, de Guillermo Grillo

Hay una tradición en el cine norteamericano de hacer comedias donde las identidades de los protagonistas, gracias a un suceso fantástico, cambia o se topan con los pensamientos de otra.

Fantasma de Buenos Aires (2009) usa este concepto ya que cuenta la historia de un muchacho tímido y perdedor conoce al fantasma de un hombre, un “guapo” en los tiempos del tango, que murió hace más de cincuenta años. Por haber sido invocado en un juego de la copa, o “ouija”, donde el vaso se rompe, el espíritu queda merodeando hasta que se encuentra con el protagonista en cuestión.

Es bueno ver este tipo de películas, si los chistes funcionan y el guion usa buenos elementos es más que un buen entretenimiento. Pero lo que pasa aquí son problemas de guion, demasiada introducción de personajes (por resumirlo en pocas palabras), y falta de chistes o situaciones divertidas.

Se ve que el protagonista (no encontré su nombre en la web) tiene talento para actuar y en momento que interpreta al personaje entre dos identidades, al estilo Steve Martin en Hay una chica en mi cuerpo (All of me, 1984), demuestra su capacidad y sus ganas.

Pero la película parece tener una forma de humor muy conservadora, en el sentido de no querer llegar a un extremo, de arriesgarse, o de querer conformarse con algo que parece anecdotario.

No hay motivos suficientes para que la película funcione, una pena porque era una idea muy buena para conquistar a un público adolescente que no ve cine argentino sin figuras televisivas.

Crítica a un film argentino: Sangre del Pacífico, de Boy Olmi

Boy Olmi, actor de profesión, debuta en la dirección con un guion suyo.

Un veterano cineasta planea filmar una historia relacionada con las guerras de las independencias de latinoamericana. A su vez, Charito, indígena peruana, viene a Argentina por un mejor futuro y consigue trabajo como mucama. Cuando el viejo, la conoce le pasan miles de sentimientos hacia ella.

Algo así sería el argumento, sin querer contar demasiado y tratando de decodificar lo que quiso contar Olmi a través de las (posibles) poéticas imágenes. Es que él, al armar un guion que utiliza silencios, no da explicaciones suficientes para tentar al espectador hacia la historia.

Por ejemplo, no se explica la imagen del protagonista nadando en una pileta mezclando, edición mediante, otra de soldados del 1800. No se entiende claramente el motivo quedándose, así, en algo hasta pretencioso.

El guion desde el vamos tiene problemas de narración, floja presentación y flojos diálogos, seguro que se debe a las muchas correcciones. Algunas cosas de la estética alcanzada por el modo de emplear la cámara parece una película defectuosa de los ochenta o principios de los noventa.

Que me perdone Boy Olmi, que como actor me cae bien, pero su Sangre del Pacifico (2009) es larga y aburrida. Que lo que pasa al final me era obvio, era por un pensamiento mío, no creo que muchos se den cuenta de la resolución.

Ojala Olmi mejore, tiene mucho para mejorar.



jueves, 10 de diciembre de 2009

Crítica a un film argentino: Aparecidos, de Paco Cabezas

Es sabido que a los españoles les gusta crear historias de tono fantástico, más aun desde la década pasada. Aparecidos, opera prima de Paco Cabezas, es otro exponente de este cine que se precia de muchos homenajes como ideas.

Malena y Pablo son dos hermanos que viajan a Buenos Aires con la intención de autorizar que desconecten la máquina respiratoria a su padre. Durante un viaje en el viejo Ford de su padre, Pablo halla el viejo diario que relata secuestros y torturas durante los años de la Junta Militar que gobernó el país durante 1976 y 1983.

Tras una mala introducción, que no impacta ni ayuda a dar tensión, la película mejora, pese a tener diálogos de más. Una vez que empiezan a aparecer los fantasmas en cuestión, la película levanta vuelo y se asemeja a una de terror oriental.

Claro que no es el único homenaje, recuerda unas escenas a Jeepers Creepers, una de ellas mezcla, a su vez, esta película con la que homenajea Reto a muerte (Duel, 1971), el clásico que realizó Spielberg para la televisión. Por el final, hay un tributo, también, a la Masacre de Texas (The Texas Chain Massacre, 1974), más explicito aun porque se ve a los protagonistas viendo y comentando sobre ésta.

Por tropiezos en su guion y algunas "sorpresas" obvias, Aparecidos (2007) queda nada más en un mero pasatiempo para los llamados por la crítica “amantes del género”. Y para quienes son sensibles a películas sobre las torturas por dicha época política se aconseja ir precavido, ya que se toca y se muestras cosas relacionadas a esto.

Lo bueno de esta coproducción argentino-española es que los rubros técnicos provenientes del sudamericano país se destacan de una manera tal que acá no se muestra lo suficiente. También es bueno que actúe Hector Bidonde, alguien que merece aparecer más en la pantalla grande.

Como extra les paso el dato de que su director es uno de los guionistas de la farsa Spanish Movie (2009) con estreno para el 4 de Diciembre en el país ibérico (!!Me han robado una idea, coño!!). He aqui los divertidos trailers (muy bueno el chiste donde aparece Alejandro Amenabar)

Crítica a un film argentino: Alicia y John, de Carlos Castro

Otra película del Centro Cultural “Caras y Caretas”, que como productora se encarga de documentales sobre personajes, muchos de ellos, ignorados. Este año vimos Haroldo Conti, Homo Viator (2009) de esta factoría.

La idea que manejan en todas las producciones es insertarle al documental momentos de ficción, como mezclándolo con el drama, para ser más ameno el relato y convocar público.

En este caso hay una vuelta de tuerca ya que los actores Carlos Portaluppi y Ana Celentano, aparte de interpretar a los personajes del título, hacen de ellos investigando sobre estos. Ya en la primera escena se presentan viendo una filmación, la única, donde aparece John William Cooke.

John fue un allegado al General Perón que, con el tiempo, se convirtió en una persona tan de confianza que se fue elegido por el histórico presidente para ser su sucesor como líder peronista. También, el tiempo hizo que conociese a Alicia Eguren, que compartieran muchas vivencias como combatir junto al Che Guevara y de estar separados por los años de prisión de John por haber estado en el gobierno de Perón.

Tiene muy poco de ficción, la mayoría de la duración la ocupan los testigos de esa época que dan información muy útil y hasta divertida. Ese es el fuerte de Alicia y John, el peronismo olvidado (2009), de privilegiar los comentarios y usar a los actores para ilustrar momentos que no podrían mostrarse con archivo y que hagan narración en off, con la mencionada excusa que recogen información para su trabajo de interpretar.

El montaje usa buenas ideas que aunque sean vistas en otros trabajos, evitan la reiteración constante que sufren los documentales de gente hablando a cámara.

Todo esto lo hace recomendable.

Crítica a un film argentino: Nunca estuviste tan adorable, de Mausi Martinez

Basada en la exitosa obra teatral de Javier Daute, Nunca estuviste tan adorable (2009) es, como en su versión original, un tributo a los años `50 y `60. Uno se da cuenta de esto al ver el vestuario, el decorado y el fondo proyectado en los exteriores, tal como se acostumbraba hacerse en esta época.

La historia arranca con muy buenos ánimos entregados por Luis Luque, quien se dedica a cantar la canción que da nombre al film. El personaje, de profesión mecánico, es quien nos invita a meternos a la intimidad de una familia extravagante, quizás como la de Esperando la Carroza (1985).

Por como los personajes se mueven y hablan (como gritando) podríamos compararla perfectamente con el clásico argentino, también inspirado en una puesta escénica. Pero el correr de los minutos hace que los recursos de dirección de actores y puesta de cámara sean reiterativos y hasta cansadores.

Es que la película se parece más a una obra de teatro que un film mismo. Nótese que no hay silencios ni miradas en primer plano, solo diálogos y movimientos de actores ajustadamente coreográficos. Como que Mausi Martínez, su directora, respetó tanto la obra que no le aportó su mirada a las actuaciones y las haya acomodado al ritmo cinematográfico, lo llamativo es que cuenta con pasado de actriz.

Por eso el humor de Nunca estuviste falla, por su monotonía, aunque posea canciones amenas, compuestas especialmente para la ocasión, y los actores se destaquen.

Le va a gustar a quienes gusten del teatro más que el cine, o no noten estas diferencias.

Enlace para ver el trailer:

jueves, 3 de diciembre de 2009

Crítica a un film argentino: Poema de salvación, de Brian Dublín

Para hablar de Poema de salvación (2009) hay que empezar por destacar dos cosas: la primera, no se realizó funciones de prensa ni publicidad para promocionarla, simplemente se estreno en salas de la cadena de cines Cinemark; la segunda, En dos semanas tuvo la nada despreciable cifra de seis mil espectadores.

Sobre el primer punto cabe destacar que es costumbre en Estados Unidos de no estrenar grandes producciones con funciones previas de modo que las reseñas, que se sabe que serán negativas, no impida buenos resultados de taquilla, ese fue el caso de Alien Vs Depredador (AVP: Alien Vs Predator, 2004) y la reciente G. I. Joe (G. I. Joe: The rise of Cobra, 2009). Pero cuando uno ve esta producción se nota que no hay interés de hacer eso ni de una campaña gráfica porque va por otro lado, otro público, y ahí lo relacionamos directamente con los sorpresivos resultados de taquilla.

Se trata de una película de temática evangelista realizada por evangelistas y para evangelistas (no sé si se entendió lo de evangelistas) y, por ende, funciona la publicidad a través del boca en boca de las iglesias.

Según lo averiguado por Internet, se trata del primer film de la productora Canzion Films, esta obra dirigida por Brian Dublín (me queda la duda si es o no un seudónimo) que parece ser una coproducción entre México y Argentina. Pero, mejor, les paso a contar de qué va el largometraje.

En la ciudad norteamericana de Chicago, un hombre escribe un guion sobre la historia de Pablo Olivares, convirtiéndose así en el narrador de la historia de cómo el protagonista, de existencia real, pasó de cantarle al Señor para cantarle a Satán y como sus padres, con fe y oraciones, lucharon en contra de este cambio.

Ya en sus primeros minutos vemos un gran presupuesto, la ceremonia religiosa en donde el niño Pablo canta esta registrado con Cámaras Stedycam y grúas en un estudio. Si analizamos la iluminación como el vestuario encontramos mucho blanco y haces de luces estratégicamente ubicados. El gran cuidado en las imágenes es un fuerte de la película, a simple vista, aunque se asemeja al cine publicitario.

El conflicto nace cuando Pablo, adolescente, se topa con un chico de su edad, vestido de negro, que le presta una guitarra blanca (¿El color de la guitarra habrá sido intencional?) y tras unos sonidos es convencido de convertirse en rockero satánico, inspirándose en la figura de Abel Black (no pude codificar en que músico real esta inspirado. Puede ser Alice Cooper, peso queda eliminado cuando Pablo va al mismo internado cristiano donde fue Black), y empieza a descarrilar su vida.

Sé que quien está leyendo esto y que no pertenece a esa creencia religiosa, y encima consumió mucho cine y/o cultura rock, se debe estar riendo de esto último, pero aparte de esto, que puede parecer concepto inocente, la película no es bizarra o patética de ver. Hay muchos detalles interesantes, como las actuaciones de Gonzalo Senestrari y Gian Franco o las canciones de rock compuestas por Olivares o la fotografía que utiliza contraluces cual realización de los años ochenta.

Poema de Salvación no es como Unidad 25 (2009) o Cartas de Malvinas (2009), una que es documental sobre una cárcel evangelista y otra que es bélica producida por una iglesia, sino que es algo más explicito y raro en ver, como un discurso de un pastor o cura durante una ceremonia.

Hay mucho para reflexionar sobre este largometraje, pero si se asocia el desenlace, la batalla entre el ángel y el diablo con la serie DragonBall o el final de Ciudad en tinieblas (Dark City, 1998) eso es parte de quien lo ve (sea yo u otro).

Hay problemas en el guion, llamémoslo diálogos, momentos que no aceleran a la historia y sucesos inocentes como que Pablo y el resto de la banda van a terminar en una fábrica abandonada para conseguir una guitarra con un extraño. Pero el que va a ver esa película no analiza cine sino que busca mensajes, mucho de ellos de los que ya saben de antemano, como abrirse a algo que ya es sabido.

A mí no me molesta que se estrenen este tipo de cine, bienvenido sea. Pero sí molesta que quienes la vayan a ver hablen a cada rato como si estuviese viendo un programa de televisión en su casa o que luego hablen de detalles de la película que son bastantes obvios y se sorprendan por cosas que ocurren con un “¡Oooooooh!”, como me pasó. Aclaro, por las dudas, que esto es por falta de entrenamiento cinematográfico y que no lo hacen todos los evangelistas.

En lugar de pasarle el trailer, el enlace con la página web:

http://www.poemadesalvacion.com.ar/

Crítica a un film argentino: Tres deseos, de Vivian Imar y Marcelo Trotta

Una pareja cercana a los cuarenta aprovecha el fin de semana para irse a Colonia, Uruguay, por el cumpleaños de ella y, de paso, recomponer la relación.

Florencia Raggi (Victoria) y Antonio Birabent (Pablo) son los actores en cuestión en una film que privilegia los diálogos. Por esto y por el lugar donde ocurre lo podríamos asociar al largometraje con una película clásica francesa de los `50 o `60, pero la sobredosis de charla, a veces injustificada, sumados ciertos llantos, a veces demasiados, bajan la calidad de la realización.

Birabent se sobresale con sus reacciones y miradas tanto cuando está en escena con Raggi como con Juieta Cardinali quien interpreta a Ana, un amor de la adolescencia, que de casualidad también se encuentra en esa localidad. Es como que relacionó, quizás por orden de los directores Imar y Trotta, a parecerse a cierto actor francés, sobre todo por cómo se para, fuma o usa su encendedor marca “Zippo”.

Por una búsqueda de querer parecerse mucho a otras obras en lugar de encontrar su identidad, Tres deseos (2009) aburre, más allá de que se nota que hace falta más trabajo de guión.

Crítica a un film argentino: La invención de la carne

Toda película tiene algo de otra/s, algunas un poco y otras mucho. Y toda película resulta ser un homenaje a cierto/s modelo/s de cine. También existe un miedo por parte del público argentino de ver largometrajes de de su país ya que son “lentos como aburridos”. De seguro que esto le pasará a la población de otros países con su cine.

La invención de la carne (2009) es, definitivamente, la película que este tipo de espectador, que toma al cine como pasatiempo y nada más (aclaro), confirma su pensamiento tomándolo en general, como discriminatoriamente.

Pero también el tercer film de Santiago Loza, director de Extraño (2003), puede entusiasmar a otro público, quienes gustan de las películas diferentes solo por el hecho de ser de esta cualidad, público que se parece de alguna manera al “pochoclero”. (La definición “Cine Arte” lo mencionan seguido para describir el tipo de películas que les gusta, cuando en realidad el toda película es de por sí es arte). Pero en la práctica de ver, ¿Qué es lo que se ve en La invención de la carne?

“Una mujer trabaja entregando su cuerpo a prácticas para estudiantes de medicina. Uno de los jóvenes se obsesiona por ella. La sigue, la busca. Se conocen. Se descubren. Juntos emprenden un largo viaje hacia un lugar desconocido. La invención de la carne es la descripción de la relación extraña entre estos personajes.”, dice la sinopsis del programa del cine como en las encontradas en las páginas web.

Puede parecer pretencioso en su lectura, la película lo es. Es como que quiso parecerse a films como los de Tsai Ming Liang, sin su ingenio y humor. Es una sucesión de escenas largas que no cuentan mucho y que hacen estirar algo que es en realidad para un corto o mediometraje.

Los actores están sujetos a una dirección que no los aprovecha y un guion que les hace decir malos diálogos y que no profundiza en la creación de sus personajes. El montaje no hace bien su función ya que está unos segundos demorado para terminar las escenas.

En todo momento se ve que es una película contemplativa, no solo de personajes que miran a alguien o algo sino que también una cámara que enfoca injustificadamente a una canilla que gotea. Como si involuntariamente diese pie a una potencial parodia.

A la casi hora de película, la historia crea un nuevo punto de vista, el de la madre del chico, pero solo para extender su duración ya que no tiene utilidad en el relato.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Crítica a un film argentino: El último verano de La Boyita, de Julia Solomonoff

La Boyita es un tipo de acoplado para el auto donde una familia puede descansar en vacaciones, como una especie de casa rodante de menor tamaño. La familia de Julia Solomonoff habrá tenido una, y por eso la habrá tenido en cuenta a la hora de escribir la historia de indudables tintes biográficos.

Me acuerdo que esta directora había estado anunciada como la gran promesa del cine argentino, pero su opera prima Hermanas (2004) tuvo una floja recepción (a mi no me gustó para nada).

Su nueva película trata sobre una nena de unos diez años, de padres divorciados, que empieza a tener roces con su hermana mayor porque ésta tiene otros comportamientos como preocupaciones. Este cambio de la hermana tiene que ver con que se convirtió biológicamente en mujer y quiere hacer cosas de adolescentes. Por lo que la niña protagonista decide no ir con su madre y hermana a veranear en Villa Geseell para irse al campo con su padre Allí tendrá nuevas vivencias (no relacionadas a un romanace, aclaro) acompañado por Marito, un peón de estancia unos años mayor que él.

Ayudada por una fotografía que usa un tono de color parecido a las fotos de los `80 y que junto a un muy buen vestuario, la película nos hace creer que realmente estamos en esos años y nos cuenta hechos que tiene que ver con los cambios que uno tiene a esa edad.

Existe, sí, cierto estilo que nos puede rememorar al cine de Lucrecia Martel, directora de La Ciénaga (2000), pero la frescura que aportan los diálogos como las situaciones causadas por los niños, de gran actuación, lo hacen en algo personal.

Quizás si no tuviera un ritmo tranquilo sería muy recomendable para todo tipo de público. Una peícula que habla sobre los cambios que todos sufrimos, de aquellas cosas que se van y de las que vienen, del tiempo y de los recuerdos, de la noción de la vida (en el sentido de vivirla).

¡Felicidades, Julia!

Crítica a un film argentino: Todos mienten, de Matías Piñeiro

Segundo largometraje de Matías Piñeiro. Como en su anterior film, El hombre robado (2007), el prócer Domingo Faustino Sarmiento está presente, aunque esta vez no tanto.

Acá tenemos a un grupo de jóvenes de entre veinte y treinta años disfrutando de una casa en las afueras de la ciudad en donde la mentira y en los enredos están presente.

Asemejándose más a un comedia al estilo del francés Eric Rohmer, Piñeiro crea este relato lleno de diálogos de tono intelectual con actores que se destacan pese a la frialdad de la dirección ejercida hacia ellos que busca respetar los diálogos.

Como en los largometrajes galos clásicos, el reparto está elegido más por su fisonomía que por su talento, de todos modos se destacan.

Muy cuidado es el guion, aunque con escenas que podrían haberse ahorrado o no aparecido de tal manera, como cuando suben a un árbol. La puesta de cámaras es, en muchos momentos, de usar planos secuencias muy prolijos, existe la duda de que si es porque están pensados como aporte teatral en lugar de cinematográfico porque lo único sirve para mostrar entradas y salidas de personajes.

Entre la comedia (intelectual) y el drama, Todos mienten (2009) es algo recomendado para quienes quieran ver otro cine. Y para el director, una evolución.

Crítica a un film argentino: Los Ángeles, de Juan Baldana

Los Ángeles (2009) puede ser etiquetada como del subgénero “está todo mal”, ya que sus fundamentos de historia y personajes están armados para denunciar temas como la marginación, la violencia y la exclusión social.

Si bien es bueno ver ese tipo de películas, por lo general éstas se arman por cierto gusto hacia ese tipo de cine que por dedicarse a delinear bien a los personajes, como los diálogos o la/s historia/s a contar. Todo se construye más que nada para denunciar que por mostrar.

Podemos ver dedicación técnica, como la fotografía de Iván Gierasinchuk, pero no una justificación de ver algo como la matanza de una vaca y su posterior quitada de cuero con cuchillo, como se ve en esta obra.

Baldana, debutante, traza dos historias, en un pueblo de cinco habitantes, el que le da el nombre al film, y otra en la gran ciudad. Por una parte vemos la enemistad de dos pueblerinos y por el otro el de un chico oriundo de esa localidad que vende cuchillos artesanales en las calles metropolitanas tratando de sobrevivir con un amigo. No son lo suficientemente fuertes en sí, se extraña cierto esmero en el guión para que la tensión este justificada. Y eso que hay veracidad por parte de actores “no actores” que hacen de personajes tan marginales como ellos.

Un ejemplo más que este subgénero se hace por interés temática. Por suerte, hay excepciones.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Crítica a un film argentino: Mentiras piadosas, de Diego Sabanés

Julio Cortázar vuelve a ser homenajeado en formato cine. Mentiras piadosas (2008) es una versión libre del cuento La salud de los enfermos, integrado en el libro Todos los fuegos el fuego.

Tras la falta del paradero de Pablo (Walter Quiróz), músico de Jazz (profesión cambiada en esta versión a modo de tributo al escritor) que viaja París (destino cambiado por lo mismo) a tocar, la familia decide mentirle a su madre enferma (Marilú Marini) sobre este problema, por lo que trata de encontrarle la vuelta para mantener este piadoso engaño.

La complicidad de los parientes, sumada a la de la novia (Verónica Pelaccini), personaje creado para este film, empieza a ser la base de un nuevo problema que, entre otras cosas, traen cambios económicos para sostener esta falsa realidad.

El problema del film es que hace desear la existencia de cierto humor que haría más ameno el relato, más aún porque las mentiras se parecen a enredos de comedia. Y la prueba de que esto le sería a útil es en la secuencia donde la familia intenta tomar fotografías para Pablo mientras su madre está en la habitación. Más allá de eso, la película es recomendable, más aún para seguidores de Cortázar.

El tema de las mentiras piadosas está bien tratado, se ve que hay ingenio para sostener esa reiterada idea, algo difícil de hacer a la hora de escribir un guión.

Diego Sabanés hace un buen debut en algo difícil de realizar, extender un cuento a un largometraje de dos horas.Julio Cortázar vuelve a ser homenajeado en formato cine. Mentiras piadosas (2008) es una versión libre del cuento La salud de los enfermos, integrado en el libro Todos los fuegos el fuego.

Tras la falta del paradero de Pablo (Walter Quiróz), músico de Jazz (profesión cambiada en esta versión a modo de tributo al escritor) que viaja París (destino cambiado por lo mismo) a tocar, la familia decide mentirle a su madre enferma (Marilú Marini) sobre este problema, por lo que trata de encontrarle la vuelta para mantener este piadoso engaño.

La complicidad de los parientes, sumada a la de la novia (Verónica Pelaccini), personaje creado para este film, empieza a ser la base de un nuevo problema que, entre otras cosas, traen cambios económicos para sostener esta falsa realidad.

El problema del film es que hace desear la existencia de cierto humor que haría más ameno el relato, más aún porque las mentiras se parecen a enredos de comedia. Y la prueba de que esto le sería a útil es en la secuencia donde la familia intenta tomar fotografías para Pablo mientras su madre está en la habitación. Más allá de eso, la película es recomendable, más aún para seguidores de Cortázar.

El tema de las mentiras piadosas está bien tratado, se ve que hay ingenio para sostener esa reiterada idea, algo difícil de hacer a la hora de escribir un guión.

Diego Sabanés hace un buen debut en algo difícil de realizar, extender un cuento a un largometraje de dos horas.

Crítica a un film argentino: El torcán, de Gabriel Arregui

Las biografías, por lo general, se realizan movilizadas por cierta admiración hacia la personalidad a contar, se esté o no de acuerdo con lo que este personaje haya hecho. Esto se hace más noble cuando se hace un testimonial sobre alguien no muy conocido. El Torcán (2008), cantor al revés, trata sobre el tanguero Luis Cardei, de cómo empezó vida siendo hemofílico, lo que le produjo grandes problemas físicos, hasta su muerte, en el año 2000 a los 55 años.

Oski Guzmán, actor de teatro pero más conocido por la serie Hermanos y Detectives (2006), es quien le pone piel a Cardei en un desafío ideal para sacarse de un lugar inventado por la gente que no conoce muy bien sus trabajo. Su esfuerzo lo consigue por modificar su forma de caminar y moverse, saca a relucir muy bien su capacidad actoral. Es sin dudas, lo mejor de la película.

Y no digo que es lo mejor porque, en sí, es floja la película, concentrándose a sus problemas de salud y canciones (muchas que se notan que Guzmán canta sobre el audio de Cardei), en lugar de preferir por otras cosas o por agilizar la historia con momentos que podrían ser eliminados o resumidos o propiciarle cierto modo de contar original.

Al principio muestra pasos de comedia, aunque podrían estar mejor contados, ser más claros, como cuando el padre de Luis (buena labor de Martín Policastro) ve en papel, pegado a una pared de la casa, sobre unos contrincantes de una futura pelea. Pero avanzados los minutos, cae en el drama y en ciertas repeticiones.

Otros puntos a favor, la voz en off de Guzmán quien le da un tono muy ameno, pocas veces oído, a la historia y la actuación de verdadero hijo de Cardei haciendo de sí mismo, muestra clara de homenaje al cantante. Puntos que, si bien no levantan la historia, vale la pena mencionarlos porque son ideas que no dependen de cierto presupuesto que se cuenta.

Crítica a un film argentino: Castro, de Alejo Moguillansky

Cuesta hacer comedia, cuesta acertarle con los chistes como hacerlos novedosos. Pero hay un riesgo que es el peor a todos, cuando se hace comedia involuntaria por más que sea el género establecido de la obra. A Castro (2009) le pasa esto.

Desde el primer momento, y por varios minutos, se ven corridas en clave de persecución. Estas corridas, que podrían ser más rápidas, se aprecian en cámara en mano que hace paneo hacia los costados. Al ser planos de larga duración, con faltas de ideas para filmar, no consigue tensión y le empieza a jugar en contra. Pero con el tiempo no se ven muchas ideas más que persecuciones, por lo que se tornan reiterativas.

Luego los personajes hablan en un tono que no es común, hasta los personajes más reos dicen palabras complicadas, y que junto a una forma de filmar pretende ser gracioso, pero como es muy largo todo le empieza a jugar en contra.

Muchas situaciones están puestas solo por ser raras y no tienen mucha explicación, como el trabajo que consigue Castro, el personaje que da título al film. Hasta el humor más absurdo tiene cierta lógica.

Los actores están atados a los diálogos, se limitan a los matices proporcionados por el director, que parece querer dar un único registro para darle identidad al relato. Se le escapó corregirle la forma de moverse actor que usa muletas, se asemeja a un error grosero de actuación que de necesidad.

Pasan noventa minutos y uno se lamenta a que no se haga un corto de esto. O que se haya trabajado aun más en el guion. O explicado algún comportamiento de los personajes, como porque lo corren. O pulido los chistes, que buscan tener algo de homenaje a la comedia clásica.

El humor es en realidad un asunto serio.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Crítica a film argentino: Unidad 25, de Alejo Hoijman

Unidad 25 (2008) es sobre una cárcel diferentes a otras, una en donde se re educa a los presos con la palabra de Cristo, siendo ésta la única de Latinoamérica.

El documental de Alejo Hoijman toma el punto de partida de un recién llegado al lugar para vincularnos al sitio. De entrada se ven el accionar de los pastores evangélicos y palabras de los condenados sobre su pasado hacia otros de su tipo, muy buenos encuadres y fotografía, pese a que esta le da más cierto de ficción, que no la es, que cierto naturalismo.

Para que no funcione como muy buen documental es cierta repetición de escenas que no le aportan novedades a la historia que se quiere armar y algunas prolongaciones de tomas usadas más que nada “para filmar bien”.

La persona recién llegada al penal, el personaje principal, es ajeno a ese mundo religioso, lo que lo sirve al espectador para conocer el lugar, pero los defectos del relato convierten a Unidad 25 en un recomendable documental por la temática que por sus meritos artísticos.

Hoijman, de todas maneras, hace méritos para ser tenido en cuenta.