Una pareja cercana a los cuarenta aprovecha el fin de semana para irse a Colonia, Uruguay, por el cumpleaños de ella y, de paso, recomponer la relación.
Florencia Raggi (Victoria) y Antonio Birabent (Pablo) son los actores en cuestión en una film que privilegia los diálogos. Por esto y por el lugar donde ocurre lo podríamos asociar al largometraje con una película clásica francesa de los `50 o `60, pero la sobredosis de charla, a veces injustificada, sumados ciertos llantos, a veces demasiados, bajan la calidad de la realización.
Birabent se sobresale con sus reacciones y miradas tanto cuando está en escena con Raggi como con Juieta Cardinali quien interpreta a Ana, un amor de la adolescencia, que de casualidad también se encuentra en esa localidad. Es como que relacionó, quizás por orden de los directores Imar y Trotta, a parecerse a cierto actor francés, sobre todo por cómo se para, fuma o usa su encendedor marca “Zippo”.
Por una búsqueda de querer parecerse mucho a otras obras en lugar de encontrar su identidad, Tres deseos (2009) aburre, más allá de que se nota que hace falta más trabajo de guión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.