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jueves, 3 de diciembre de 2009

Crítica a un film argentino: Poema de salvación, de Brian Dublín

Para hablar de Poema de salvación (2009) hay que empezar por destacar dos cosas: la primera, no se realizó funciones de prensa ni publicidad para promocionarla, simplemente se estreno en salas de la cadena de cines Cinemark; la segunda, En dos semanas tuvo la nada despreciable cifra de seis mil espectadores.

Sobre el primer punto cabe destacar que es costumbre en Estados Unidos de no estrenar grandes producciones con funciones previas de modo que las reseñas, que se sabe que serán negativas, no impida buenos resultados de taquilla, ese fue el caso de Alien Vs Depredador (AVP: Alien Vs Predator, 2004) y la reciente G. I. Joe (G. I. Joe: The rise of Cobra, 2009). Pero cuando uno ve esta producción se nota que no hay interés de hacer eso ni de una campaña gráfica porque va por otro lado, otro público, y ahí lo relacionamos directamente con los sorpresivos resultados de taquilla.

Se trata de una película de temática evangelista realizada por evangelistas y para evangelistas (no sé si se entendió lo de evangelistas) y, por ende, funciona la publicidad a través del boca en boca de las iglesias.

Según lo averiguado por Internet, se trata del primer film de la productora Canzion Films, esta obra dirigida por Brian Dublín (me queda la duda si es o no un seudónimo) que parece ser una coproducción entre México y Argentina. Pero, mejor, les paso a contar de qué va el largometraje.

En la ciudad norteamericana de Chicago, un hombre escribe un guion sobre la historia de Pablo Olivares, convirtiéndose así en el narrador de la historia de cómo el protagonista, de existencia real, pasó de cantarle al Señor para cantarle a Satán y como sus padres, con fe y oraciones, lucharon en contra de este cambio.

Ya en sus primeros minutos vemos un gran presupuesto, la ceremonia religiosa en donde el niño Pablo canta esta registrado con Cámaras Stedycam y grúas en un estudio. Si analizamos la iluminación como el vestuario encontramos mucho blanco y haces de luces estratégicamente ubicados. El gran cuidado en las imágenes es un fuerte de la película, a simple vista, aunque se asemeja al cine publicitario.

El conflicto nace cuando Pablo, adolescente, se topa con un chico de su edad, vestido de negro, que le presta una guitarra blanca (¿El color de la guitarra habrá sido intencional?) y tras unos sonidos es convencido de convertirse en rockero satánico, inspirándose en la figura de Abel Black (no pude codificar en que músico real esta inspirado. Puede ser Alice Cooper, peso queda eliminado cuando Pablo va al mismo internado cristiano donde fue Black), y empieza a descarrilar su vida.

Sé que quien está leyendo esto y que no pertenece a esa creencia religiosa, y encima consumió mucho cine y/o cultura rock, se debe estar riendo de esto último, pero aparte de esto, que puede parecer concepto inocente, la película no es bizarra o patética de ver. Hay muchos detalles interesantes, como las actuaciones de Gonzalo Senestrari y Gian Franco o las canciones de rock compuestas por Olivares o la fotografía que utiliza contraluces cual realización de los años ochenta.

Poema de Salvación no es como Unidad 25 (2009) o Cartas de Malvinas (2009), una que es documental sobre una cárcel evangelista y otra que es bélica producida por una iglesia, sino que es algo más explicito y raro en ver, como un discurso de un pastor o cura durante una ceremonia.

Hay mucho para reflexionar sobre este largometraje, pero si se asocia el desenlace, la batalla entre el ángel y el diablo con la serie DragonBall o el final de Ciudad en tinieblas (Dark City, 1998) eso es parte de quien lo ve (sea yo u otro).

Hay problemas en el guion, llamémoslo diálogos, momentos que no aceleran a la historia y sucesos inocentes como que Pablo y el resto de la banda van a terminar en una fábrica abandonada para conseguir una guitarra con un extraño. Pero el que va a ver esa película no analiza cine sino que busca mensajes, mucho de ellos de los que ya saben de antemano, como abrirse a algo que ya es sabido.

A mí no me molesta que se estrenen este tipo de cine, bienvenido sea. Pero sí molesta que quienes la vayan a ver hablen a cada rato como si estuviese viendo un programa de televisión en su casa o que luego hablen de detalles de la película que son bastantes obvios y se sorprendan por cosas que ocurren con un “¡Oooooooh!”, como me pasó. Aclaro, por las dudas, que esto es por falta de entrenamiento cinematográfico y que no lo hacen todos los evangelistas.

En lugar de pasarle el trailer, el enlace con la página web:

http://www.poemadesalvacion.com.ar/

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