Basada en la exitosa obra teatral de Javier Daute, Nunca estuviste tan adorable (2009) es, como en su versión original, un tributo a los años `50 y `60. Uno se da cuenta de esto al ver el vestuario, el decorado y el fondo proyectado en los exteriores, tal como se acostumbraba hacerse en esta época.
La historia arranca con muy buenos ánimos entregados por Luis Luque, quien se dedica a cantar la canción que da nombre al film. El personaje, de profesión mecánico, es quien nos invita a meternos a la intimidad de una familia extravagante, quizás como la de Esperando la Carroza (1985).
Por como los personajes se mueven y hablan (como gritando) podríamos compararla perfectamente con el clásico argentino, también inspirado en una puesta escénica. Pero el correr de los minutos hace que los recursos de dirección de actores y puesta de cámara sean reiterativos y hasta cansadores.
Es que la película se parece más a una obra de teatro que un film mismo. Nótese que no hay silencios ni miradas en primer plano, solo diálogos y movimientos de actores ajustadamente coreográficos. Como que Mausi Martínez, su directora, respetó tanto la obra que no le aportó su mirada a las actuaciones y las haya acomodado al ritmo cinematográfico, lo llamativo es que cuenta con pasado de actriz.
Por eso el humor de Nunca estuviste falla, por su monotonía, aunque posea canciones amenas, compuestas especialmente para la ocasión, y los actores se destaquen.
Le va a gustar a quienes gusten del teatro más que el cine, o no noten estas diferencias.
Enlace para ver el trailer:
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