Todos los Jueves, con material renovado.

CINETICO dejará de salir por un tiempo...

... que depende del tiempo que me demandará recuperarme de la operación. Por favor, disculpen las molestias.



Goles de Messi, Porno, Comunismo, motores de Ford, estafa piramidal, Clarín miente, Rajoy en España, tsumamis y maremotos, la vida secreta del Papa, las relaciones con mi novia, Magic Johnson, Lady Gaga, Google +, Adobe CS5, ley SOPA y PIPA, tentaciones, Moscato y pizza, tendinitis, tengo sueño, poesía suburbana, morbo, Los Juegos Del Hambre (The Hunger Games), Chespirito, www.amazon.com, Ciccone, Adele son algunos de los temas que no encontrarán acá
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jueves, 15 de abril de 2010

Critica a film argentino: La mosca en la ceniza, de Gabriela David

Se le dice “trata de blancas” al secuestro de mujeres, en su mayoría jóvenes, para obligarlas, esclavizarlas, a trabajar como prostitutas. Este tema está siendo muy mediático en los últimos años y, como todo tema difundido en, sobretodo, televisión, llega a la pantalla grande.

La mosca en la ceniza (2009) es la segunda de Gabriela David, tras Taxi, un encuentro (2000), y retrata a dos amigas muy unidas un pueblo del interior que consiguen un trabajo en la capital. Llegadas a esta cosmopolita ciudad, son llevadas a una casa y, allí, descubren el engaño: están obligadas a la mencionada labor.

David realiza una película oscura, como el tema lo amerita, ayudada por rubros técnicos que ponen en clima, como el de sonido que hace oír al espectador un ruido raro, como si uno estuviera en una cueva, para describir aún más, auditivamente, al salón de citas. Claro que también hay excelentes actuaciones del reparto, sobretodo de Luis Machín y Cecilia Rossetto, en un film que depende de los intérpretes.

Pero las intenciones quiebran por problemas de guión, se cuentan cosas muy largas al principio y, luego, otras que, por más que sean muy buenas ideas (como la presentación del personaje de Machín, un camarero sin dientes) no aportan a acelerar el relato. También no hay un buen trabajo de cámaras, pues no da un cierto movimiento que daría un marcado ritmo de suspenso y que mejoraría lo que se cuenta.

Igual, La mosca en la ceniza es una buena recomendación por sus puntos a favor como por su temática, mostrada en hechos y palabras. Por mi parte, pienso, si en las dos películas David muestra cierta solidez para describir personajes masculinos, ¿Hará alguna con protagonistas hombres?

Critica a film argentino: Excursiones, de Ezequiel Acuña

Dejando atrás el mundo de los adolescentes dubitativos y descontentos, Ezequiel Acuña empieza a filmar sobre treinteañeros. Es que el creció como sus personajes, así como su mirada de la vida.

Algo más optimista, con respecto a Nadar solo (2003) y Como un avión estrellado (2005), es Excursiones (2009), que trata sobre dos amigos de la secundaria que se reencuentran luego de diez años, uno, Martín, guionista y el otro, Marcos, empleado de una fábrica de golosinas. Se vuelven a ver a causa de un llamado de Marcos porque consigue una sala para montar una obra teatral y quiere que le de una mano en mejorar el texto.

Filmada en blanco y negro, al final se sabe por qué, la película de ochenta minutos es una comedia filmada mayormente en planos estáticos. Se ve que está pensada sobre experiencias personales, ya que busca cierta naturalidad en los diálogos como en situaciones.

El humor resulta ser poco y, más que nada sobre observaciones que el espectador tiene que descubrir en base a los personajes, quienes no poseen una psicología notoria. Simplemente, les está pasando algo, que tiene que ver con un objetivo, en las anteriores no había uno claro, y tienen que conseguirlo.

No es nada de otro mundo, hay quienes se pueden aburrir, otros que pensarán haber visto otras y mejores. De hecho, para mí es la obra que no me gustó, pero lo que sí es que para el director, Ezequiel Acuña, es un muy buen paso para cambiar su cine. Que el producto le salga, a mi criterio, regular es otra cosa.

A modo de observación personal, Acuña tiene muy buenas ideas de cine, prueba de ello son las jóvenes que intervienen en sus films, las muestra muy seductoras sin que el personaje tenga que ser así, lo que es un punto a favor en base a la búsqueda de un cine mejor que él está listo para pulir trabajo tras trabajo.

Critica a film argentino: Andrés no quiere dormir la siesta, de Daniel Bustamante

Andrés no puede dormir la siesta (2009) es de esas películas que buscan tratar un hecho dramático histórico, en este caso los años de la dictadura militar argentina, a través de la mirada, entre ingenua e ignorante, de un niño.

Andrés es ese joven de unos diez años en cuestión que, luego de la repentina muerte de su madre, se va a vivir, junto a su hermano, a lo de su abuela, interpretada por Norma Leandro. Allí, entre futbol en baldíos, juegos de bolitas, capítulos de la serie de Kung Fu y rebeldías para no dormir la siesta, va descubriendo nuevas cosas que con el tiempo entenderá.

Mientras suceden esos tiempos, Andrés chochará continuamente con su padre que tratará de alejarlo de la vida “pesada” que se vivía en el vecindario, donde funciona un centro clandestino de detención, y de querer proteger a su entorno familiar por el pasado militante de la madre.

El relato trata de construirse en base a cosas no explicitas en la cinta, una buena intención que cae por estar dirigido solo a los que conocen ese época histórica o si uno lee una sinopsis. También no abunda cierta tensión, por lo que cae en reiterados momentos simpáticos, como buscando una complicidad melancólica y hasta sentimental con el espectador y no pudiendo evitar ciertos problemas de guion, en las secuencias como en los personajes, que podrían convertirla en un producto recomendable o ser tenida en cuenta para mandarla al Oscar.

jueves, 8 de abril de 2010

Critica a film argentino: La muestra, Lino Pujía

La muestra (2009) es un gran ejemplo de película hecha con poco dinero, muchas ganas de filmar utilizando “no actores” y recursos propios del cine y un buen guion que da lugar para improvisaciones.

Todo eso engloba esta segunda película de Lino Pujía, la que viene después de El santo del pueblo (2005), en donde propone usar de interpretes a su familia y aprovecharlos para una ficción donde hacen de sí mismo y que conduce hacia una historia que aprovecha experiencias vividas como contemporáneas al momento del rodaje.

Tan cinematográfica es La muestra que aprovecha una edición bien pensada como de planos más recurrentes en un documental. Junto a esta forma de filmar, de planos inamovibles como si fueran obras de arte, algo que El Artista (2009) también utiliza, se ven actuaciones que interactúan en diálogos permitidos a ser improvisados para ser mejor dichos, buena decisión que también da naturalidad a lo que acontece.

La historia es simple, Antonio Pujía, de ochenta años y reconocido escultor, es tentado para tener su muestra. El, por decisión propia, ha dejado de este mundo de exhibiciones, pero esta propuesta le interesa mucho. Al haberse enterado por un amigo sobre cómo son, hoy en día, estas exposiciones, decide rechazarla y empieza a deprimirse por no concretarla. Ahí es donde su familia aparece para unirse y organizarla por su cuenta.

Tiene algo de Ettore Scola, no solo porque trata de una familia de sangre italiana sino por el tono que varía entre costumbrista y el intimista del director tano. Pero lo cierto es que sin más pretenciosidad que la de querer contar una historia, Pujía construye un sólido film que se transforma en una revelación como en una gran película y posible candidata a film de culto. Más aún cuando es nombrado en cierta escena en un anarquismo tan habilidoso, o sutil, que no rompe la estructura de lo que viene contando.

La primera gran película de este 2010.

jueves, 1 de abril de 2010

Critica a un film argentino: Adopción, de David Lipszyc

Mientras veía Adopción (2009), me planteaba algunas dudas correspondientes al concepto de la obra y en pos de un responsable análisis. Es que por su primeros fotogramas, donde se anuncia que está basada en hechos reales, y por ver lo que sigue empiezo a plantearme que se trata de un documental falso, o historia ficticia narrada como documental, por lo que opto, al escribir sobre ésta, de intentar hacerlo sobre ambas posibilidades.

El director, David Lipszyc, usa muy buenos recursos e ideas para contarnos su historia y su visión de la vida de un hombre soltero y de su hijo adoptado, usando las palabras de los protagonistas, recreaciones y secuencias de montaje que incluyen la aparición de los muñecos playmobils, tan populares en los años ochenta.

La duda me aparece por el fondo de las entrevistas, que parecen actuadas, como sujetas a un cierto guion que no permite mucho improvisar y las miradas y tonos de voz de los entrevistados. Este interrogante crece cuando me entero que la entrega del chico a la nueva familia fue realizada en tiempos de la dictadura militar, tiempos demasiados conservadores para permitir una adopción de este tipo (que dudo si es factible hoy en día). Quito, para decir esto, la otra tematica que posee, que el adulto es gay.

Si uno empieza a armar lo que cuenta el documental en su cabeza, notará ciertos agujeros que no compensan con ningún testimonio en búsqueda de un fortalecimiento, motivado aun más porque son muy pocas las personas que entregan su testimonio y/o opinión.

Si esto es todo real, pido disculpas a los equipo realizador y celebro el haber encontrado una idea original para contar que tiene que ver con los años de plomo y la no discriminación y que me gustaría que tenga más repercusión en los medios. Pero, de todas maneras, recomiendo ver estos casi ochenta minutos, si es aficionado al cine o si se estudia, porque creo que es una película perfectamente debatible, opinable y observable (dicho en el sentido de notar cosas), pues parte de un muy buen punto de partida cualquiera fuera su realidad, como eslabón de historia perdido o como noble excusa para llevar a la pantalla grande, no importa los defectos hechos en ambos casos.

Léase esto si se quiere, pero bajo su responsabilidad: Escribí la critica enterandome luego de si es un documental verdadero o no, pero preferí escribir así mi reseña porque me parece una muy buena invitación para hacer cierto ejercicio filosófico sobre esta película, uno que no es frecuente de ver en este hermoso arte.

Critica a un film argentino: La madre, de Gustavo Fontán

La madre (2009) es un film que desde sus primeros minutos nos invita a reflexionar en base a sus imágenes y a través de la historia de la relación entre una madre y su hijo.

Ya en la primera escena, nos adelanta como termina para querer contarnos, a través de un relato sórdido en muchos niveles, el por qué del desenlace. Todo esto usando planos fijos, aunque pecando de ser muy largos, y con una muy buena fotografía que pretende convertir a cada encuadre en una obra pictórica.

El problema es que, pese al acierto del guion por no contar demasiado y querer concentrarse a la relación familiar, se deja de contar cosas interesantes como buscando cierta diferenciación de otros films, de querer etiquetarse demasiado dentro de lo que se llama “cine arte”, y que termina cayendo en cierta pretenciosidad como en reiteraciones y planos surrealistas que no contribuyen al fondo de la historia.

La promesa de destacada actuación, durante los primeros minutos, de quien interpreta a la madre en cuestión, Gloria Stingo, es cambiada por un relato que interesa mostrar la puesta de cámara de un director que, por lo que parece, prefiere destacarse él mismo, algo que no está mal pero termina siendo, a mi criterio, un defecto de cierto cine “artístico”, sea para festivales o para la taquilla.

jueves, 11 de marzo de 2010

Critica a film argentino: Acné, de Alejo Veiroj

Aunque parezcan reiterativas, las películas sobre iniciación sexual son algo interesante para ver, potenciales generadores de diversas miradas sobre el tema que la pueden convertir alguna de estas obras en un nuevo clásico.

Acné (2007) pertenece a este género al retratar a un chico judío (otro elemento temático) de familia de muy buena posición económica que inicia sus años de adolescencia: con continuos tratamientos por el problema dermatológico que da pie al título, con la separación de sus padres de por medio, ganas de besar a una chica por primera vez y que esta sea la compañera del colegio que tanto le gusta.

Rafa, el protagonista en cuestión, es quien le pasa por esas inseguridades típicas de su edad, una de descubrimiento, que filmado sobre una mayoría de planos fijos y de muy pocos silencios, como atándose a mostrar escenas que empiezan y terminan con diálogos.

Esto le implica al film, filmado en Uruguay, de cierta monotonía, falta de ritmo, que pueden convertirlo en una mala película para muchos. Pero si analizamos a través de su guion se observa que, pese no querer contar con algo con humor, se preocupó por lograr un buen armado de este que, aunque se habla demasiado de las masturbaciones del joven, ata bien los cabos y cuenta con personajes y escenas útiles.

Quizás el director y guionista, Alejo Veiroj, tuvo inseguridades para con su opera prima o, bien, la inteligencia de no querer convertirla en pretenciosa, de mostrar demasiado, como muchos primeros trabajos. De todas maneras, Acné es una película a tener en cuenta al igual que los próximos trabajos de su realizador.

Momento Icono: Annie Hall, dos extraños amantes

La película en donde Woody Allen dejó de ser un comediante más para empezar a hacer el guionista más conocido de la historia del cine mundial tiene un montón de escenas absolutamente muy buenas como clásicas, algo digno de las grandes films.
Ante la indecisión por mostrar sólo una, elijo esta que, para mí, es el mejor chiste como, tambien, una muestra de anarquía dentro del cine en un escenario que todos hemos estado.
Amigos, ¡Si la vida fuera así...!