Al francés Laurent Cantet le fascina retratar a diferentes clases o sectores sociales bajo un ambiente y circunstancias determinadas y, la verdad, lo hace muy bien. Con Recursos humanos (Ressources humaines, 1999), El empleo del tiempo (L`emploi du temps, 2001) y en Bienvenidos al paraíso (Vers le sud, 2005) se mostraba diferente a cualquier otro cineasta y hasta escritores. Aún más se evidencia como gran realizador mediante Entre los muros (Entre le murs, 2008), película con la que llegó a tener las más importantes distinciones, nominación al Oscar y premio en Cannes, con respecto a sus anteriores trabajos.
Hábilmente usa la cámara en mano, como si se tratase de un documental, para que presenciemos el año escolar de Francois, un profesor de Lengua, quien enseña en una clase compuesta por alumnos de 14 años de un establecimiento público. La mencionada idea de registro le juega a favor para que las escenas logren veracidad, acompañadas por los excelentes diálogos, que aparecen en todo el largometraje, y actuaciones. Esto se aprecia en una larga escena, que es la primera clase, donde el espectador se olvida que es una ficción.
Que la película ocurra en una escuela otorga cierta claustrofobia, otro punto a favor, lo que nos adentra aun más en la historia y que la estructura del guión no demuestre un claro conflicto principal demuestra entusiasmo por variar su estilo narrativo.
También, es bueno saber que Entre los muros no va por ningún camino que involucre a las fórmulas establecidas por los films iconos Al maestro, con cariño (To Sir, with love, 1967) y La Sociedad de los Poetas Muertos (Dead Poets Society, 1989) hartamente usadas.
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