Tras las elogiadas Gracias por fumar (Thanks you for smoking, 2005) y La joven vida de Juno (Juno, 2007), Jason Reitman vualve a contar una historia donde el personaje central resulta tener características de los protagonistas de sus anteriores obras.
George Clooney es Ryan Bingham empleado de una empresa que se dedica a despedir gente para otras y de la mejor manera posible. Ambientada en tiempos posteriores a la crisis financiera de Wall Street, Reitman muestra en Amor sin escalas (Up to the air, 2009) una comedia en base a diálogos inteligentes al servicio de este ser mezcla de egoísta, que arma su vida para no perder tiempo y que ama su estilo de vida, el de pasar la mayoría de sus días del año viajando en avión.
A la historia se suma Natalie Keener (Anna Kendrick), una nueva colega con nuevas ideas (que no son del gusto de Bingham), y Alex Goran (Vera Farmiga), amante de él en ciertas escalas y con un estilo de vida parecido.
El reparto, la dirección, el guion y las canciones que ilustran ciertos momentos son el fuerte de una película en donde no es lo tan romántica como lo indica el título puesto (la correcta traducción es “Arriba en el aire”), pero quien la ve se sentirá identificado de alguna manera, o por el ambiente de aeropuerto que muestra o hasta el personaje políticamente incorrecto que ejecuta con seguridad Clooney.
Es que Clooney interpreta a alguien libre que ama su estilo de vida. Está tan bien configurado que se torna muy querible, aunque sufre cierta redención, y a la película algo muy recomendable de ver.
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