El sueño del perro (2008) es de por sí una película diferente dentro del ampio catalogo del cine argentino. Sus silencios la hacen pertenecer a esta categoría, más aun con sus largos planos y un paisaje ribereño como escenario.
La historia de un hombre alto, flaco y de una importante barba en una lejanía rodeada de ríos y arboles tupidos. Lo vemos hacer cosas, lo vemos entre sueños, como un personaje que quiere asemejarse a los de David Lynch. Tambien lo vemos correr, de a poco relacionándose con personas y dejando de ser un ermitaño (también vemos por qué).
El sueño del perro es una película arriesgada, pero que muchos desean hacerla. Pecora, según leí es crítico de cine, expone su historia bajo la muy buena fotografía de Martín Frías (atento con este nombre), pero irrumpe la concentración con problemas de dirección, más que errores de montaje y guión, que desconcentran la historia, planos muy largos, una dirección de actores que hace lento a los actores y planos que no sirven de nada (aquellos que estudiaron cine saben que filmar algo sin movimiento y que no explica la historia, como el tronco de un árbol, es un error, más aún si se hace más de una vez).
Pecora muestra con muy buena honestidad influencias de otros, de un cine poco común de ver, y que no le sale bien por estos errores. Sin embargo, este nuevo director, tiene detalles que si son pulidos llamara la atención de quienes gusten y busquen este tipo de historias. Si lo hace, dará que hablar.
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