Dogma (Dogma, 1999) trata de dos ángeles rebeldes, encarnados por Affleck y Damon, que encuentran la manera de volver al cielo. Como esto puede desencadenar el Apocalipsis, un mensajero de Dios, interpretado por Alan Rickman, le pide a una mujer, Linda Fiorentino, a que encuentre a dos profetas, que son los personajes fetiches de Jay y El Silencioso Bob, para impedir esto.
Smith se renueva como cineasta filmando con más presupuesto y agregándole efectos especiales. También como guionista al tocar un tema complicado, la religión católica, y, aunque le pida en su prólogo a la audiencia de dicha fe que mire más de diez minutos de película, no puede evitar que su película consiga controversias.
Disney, empresa que había comprado Miramax tras el éxito principalmente de Tiempos Violentos (Pulp Fiction, 1994), decide no estrenarla porque ya había objeciones de grupos conservadores católicos, por lo que los hermanos Weinsten la ceden a Lion’s Gate, joven empresa en el mundo cinematográfico, para que se pueda estrenarla.
Según leí en un número de la revista de cine “El Amante”, el film se censuró en Argentina y aún hasta hoy no queda otra que verlo de manera “ilegal”. Ojalá se estrene en DVD como una más, como La última tentación de Cristo (The last temptation of Christ, 1988), ya que es muy buena y vale la pena.
Un dato adicional es que Miramax volvió a cederle a Lion`s Gate otro film, Farenheit 911 (Farenheit 9/11, 2004) por motivos parecidos, pero esto ya determinó las dimisiones de los Weinstein a la compañía para empezar de nuevo con The Weinstein Company.
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