El cine español, en los noventa, fue adelantado. Eso se debe a que, primero que el argentino o el México, armaron producciones que mezclaron el cine artístico con el comercial, demostraron que se puede hacer buenas películas, y hasta de género fantástico, para ganar dinero (o pasta, como dicen ellos) y premios (o Goyas, como premian ellos).
De esa muy buena generación salieron cineastas como Medem, Amenabar, Juanma Bajo Ulloa y Alex De La Iglesia.
Para este último realizador, todo empezó con este corto del año 1991. Luego vino Acción Mutante (Acción Mutante, 1993), por consejo de Almodovar, y. la aclamada en el Goya, El día de la Bestia (El día de la Bestia, 1995).
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