El regreso de Fernando a la vida de Ana hace que ella movilice algunos sentimientos que parecieran olvidados hacia
él. Si bien se encuentra en una relación estable con Alex, a tal punto que trata a su hija como suya, Ana, ginecóloga de profesión, no puede dejar de pensar
en el otro.
Paula de Luque, co-guionista y directora, cuenta la historia rememorando las películas clásicas francesas por el ritmo causado por el montaje, los
planos y encuadres y las actuaciones, convirtiendo a El vestido (2008) en, definitivamente, un film diferente para
el cine argentino.
Los actores, sobretodo Antonella Costa, se encuentran acoplados a lo que la directora pretende, pero cuando
pasan los minutos, la película, empieza a tropezar, a mostrar sus defectos y hacer olvidar toda buena intención.
Si bien la fotografía es cuidada, los planos se hacen reiterativos y hasta algunos injustificados. Pero la
película no cambia por eso, sino por un guión que pretende contar demasiado explicando muchas cosas del pasado, ahondando en características de los
personajes, y en usar demasiadas situaciones que se usan como metáforas o simbolismos, y hasta reiteradas veces.
e esta manera, pierde el ritmo, por lo que el espectador desvía su atención y la historia no funciona, transformando
los intentos en pretensiones.
Está claro que De Luque quiera contar historias sobre mujeres, y esta bueno porque no abundan en el cine, pero
se quedo ahí, en una idea que se queda en el problema de tener dos amores.
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